lunes, 21 de septiembre de 2009

ESTRENOS QUE NO PUEDES PERDERTE (O SI)


ESTRENOS QUE NO PUEDES PERDERTE (O SI)

District 9

Se acaba de estrenar “District 9” la esperada primera película de ciencia ficción del surafricano Neill Blomkamp, producida por Peter Jackson.
Aunque no es la película de culto que se pretende, es un trabajo estimable, por encima de la media en un género en horas bajas, que abre vías sugerentes a una ciencia ficción alternativa con crítica social, lejos del ámbito norteamericano y centrada en el presente.
Su problema no es la falta de originalidad de un planteamiento que ya vimos en “Alien Nation” (Graham Barker, 1988) sino que el rigor de la apuesta inicial se pierda en aras de la espectacularidad.
Así, los defectos principales de la película son el abandono del satírico mockumentary de la primera parte y las escenitas a lo “Transformers” de la segunda parte, para contentar al comedor de palomitas.
En nuestra opinión, el problema no es tanto el saqueo de la serie B para hacer serie A -como advierte Jesús Palacios- sino que la serie AB se realice con rigor, sin entregarse al peor estilo (juvenil) de Hollywood.

Además del trailer de la peli y proyectos fallidos como la adaptación del videojuego “Halo”, está colgado en YouTube “Alive in Joburg”, el corto que ha inspirado la película.




Malditos bastardos

Por fin se estrena la esperada última película de Tarantino, que, lamentablemente, una vez vista y analizada, supone una sorprendente decepción.
Cierta crítica le ha reprochado a su particular incursión en el cine bélico su delirio histórico o sus golpes de violencia coreográfica, que a estas alturas ya reconocemos como marcas de la casa.
No hay problema en asumir que Hitler y la cúpula nazi mueran en un atentado judío o que se haya utilizado el reclamo de un trailer al estilo de “12 en el patíbulo” para atraer adolescentes granujientos al cine.
El verdadero problema, el gran problema que deja tocada si no hundida la cinta, es un guión caótico y desastroso que hace aguas por todas partes. Lo cual resulta sorprendente en un director que se precia precisamente de ser un guionista soberbio (en todo caso, un dialoguista soberbio).
No vamos a objetar el planteamiento posmoderno del cine de Tarantino, capaz de atracarse en un buffet cinéfago del spaguetti western de Leone o del Macaroni Combat de Castellari. Pero sí le podemos reprochar que las citas cinéfilas se coman el guión o que alarguen innecesariamente algunos diálogos.
La película carece de ritmo, parece una obra teatral desarticulada que avanza a trompicones. Es como si convivieran dos películas en una Malditos bastardos y Operación Kino- y la primera acabe resultando superflua.
En cuanto a los personajes; algunos de los aliados son presentados de manera rimbombante y suprimidos en la siguiente escena (y otros, desaparecen sin explicaciones), mientras que los nazis tienen comportamientos incoherentes para justificar que sean simbólicamente castigados.
Por otra parte si, como parece, Tarantino quería plantear una ucronía, hubiera debido cuidar la credibilidad y los detalles. Sin embargo, parece que el género de historia-ficción le viene grande, porque los sucesos bélicos resultan más que improbables, ridículos, de (mal) chiste.
Lo único que se salva, relativamente, aparte de alguna escena -la inicial de la granja (la de la taberna es una chapuza)-, es esa visión del cine como venganza de la historia, que podría haber estado mucho mejor desarrollada si se hubiera centrado en ella, y la interpretación de Christoph Waltz, en el papel de nazi cínico y oportunista (de Brad Pitt, sacando mandíbula a lo Duche, mejor no hablar).
Otra cuestión es la lectura ética de la película, sobre la banalidad de la visión de la banalidad del mal…que, sospechosamente, tiene mucho que ver con la fascinación del mal…

Por muchos hisopazos que “Malditos bastardos” reciba de “Cahiers de Cinéma”, no dejará de ser una cinta entretenida pero fallida, la peor película de un Tarantino infantiloide, un autocomplaciente y manierista cebo para cinéfilos y tarantinianos, lejos de la originalidad y el swing de “Reservoir Dogs”, “Pulp Fiction” o “Jackie Brown” e incluso de “Kill Bill” o “Death Proof”.

Esperemos que la próxima vez el bueno de Quentin salga del videoclub para airearse un poco o contrate a un corrector de guiones.

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