Juego de tronos.
La impresión ha sido bastante positiva: la ambientación está bastante cuidada, el casting resulta acertado en términos generales y la fidelidad al argumento, certificada, ya que George R.R. Martín, el autor de las novelas, ha asesorado directamente la serie.
En la serie se pierde la estructura de capítulos por personajes pero dada la extensión y complejidad de las novelas, no era razonable conservarla. La serie tampoco llega a la altura de un producto cinematográfico de referencia en fantasy como “El Señor de los Anillos” -quizá le falta algo de ritmo- pero se acerca bastante.
Como dice el lema de la productora, la responsable entre otras joyas televisivas de “The Wire”: “Esto no es televisión, es HBO”.
Esperamos que la versión televisiva de la saga continúe y no decaiga, pero que el trabajo extra tampoco no le reste energía a Martin para acabar el siguiente y esperado volumen…
Tóxico.
Se acaba de editar “Tóxico” el primer volumen de una nueva serie del inclasificable dibujante Charles Burns. Como la ha llamado Le Figaro: un “Tintín en el País de David Lynch”.
La historia de Doug, un joven que se recupera de las drogas tras su adictiva relación con Sarah, es un homenaje a “El almuerzo desnudo”, de William Burroughs. Este Tintín psicodélico luce tupé y tiene un gato travieso llamado Inky, vive entre dolorosos recuerdos y pesadillas en las que afloran los temas típicos del dibujante: la iniciación juvenil, las mutaciones, etc.
Todo un placer volver a disfrutar, esta vez a todo color, del morboso universo de Charles Burns…
Y escapemos de tanta penitencia con espíritu aventurero, justo ahora que se celebra el centenario de la muerte del malhadado novelista Emilio Salgari (un suicidio inducido por sus editores), quien escribió todas sus novelas de piratas malayos sin salir de su despacho…
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