lunes, 20 de febrero de 2012

Hacia los Oscars: peliculones, fiascos, olvidos.



La carrera hacia los Oscars ya ha comenzado. El 26 de febrero sabremos lo que premia la industria de Hollywood. Y aunque los cinéfilos de todo el mundo son conscientes de que no es necesariamente el mejor cine del año, siempre estarán atentos a su resultado, mayormente para criticarlo…

Pero antes que los premios condicionen nuestro juicio nos permitiremos un breve comentario sobre algunas de las películas más destacadas a concurso en este año de mediocre cosecha.

“The Artist” (Michel Haznavicius). Sin duda, la mejor película; a pesar de estar repleta de citas, una original aproximación muda y en blanco y negro al cine mudo, realizada con frescura, ingenio y poesía. Quedará como una singularidad.

 “El árbol de la vida” (Terrence Malick). Una rareza en el cine norteamericano: una reflexión sobre la vida con aliento espiritual. Una pena que el extraordinario retrato de una familia americana en los 50 se empeñe con evocaciones metafísicas de medio pelo…

“El Topo” (Tomas Alfredson). La incursión de Alfredson en el mundo Le Carré, a pesar de su rigor interpretativo, resulta un tanto viejuna.

“Nader y Simin (Asghar Farhadi). Una separación”. Nuestra preferida para la mejor película extranjera. Un sólido drama realista, que retrata sin prejuicios a la sociedad iraní.

“Criadas y señoras” (Tate Taylor). La típica producción progresista de Hollywood apenas se salva de su convencionalidad gracias a un interesante guión.

“War Horse” (Steven Spielberg). El fiasco del año. El Spielberg más serio se mezcla con el más noño y solo funciona en algunas magistrales escenas bélicas.

“Millennium” (David Fincher). La versión de Fincher –más elegante- no consigue ofrecer nada especialmente distinto de la versión sueca –más funcional-. A destacar los títulos de crédito.

“Margin Call” (J.C. Chador). Una incursión adulta en el cine de la crisis, que merece la pena revisar.

“La dama de hierro” (Phyllida Lloyd). Este estomagante biopic de la Tacher se sostiene por la interpretación soberbia de Meryl Streep. ¡Si hasta dan ganas de abrazarla!

“Jane Eyre” (Cary Joji Fukunaga). Una correcta versión de la célebre novela con creíbles interpretaciones.

“Midnight in Paris” (Woody Allen). Viviendo de viejos laureles, de cada diez películas, hace una buena. Pese a la fama, no es el caso.

“Moneyball” (Bennett Miller). La típica película de superación en ambiente deportivo. Correcta pero mil veces vista.

“Chico & Rita” (Fernando Trueba). El depurado y facilón dibujo de Mariscal y la música no consiguen interesarnos por un manido argumento.



Y los olvidos: buenas películas que con toda probabilidad envejecerán en la memoria del cinéfilo mejor que la mayoría de premiadas.

“Drive” (Nicolas Winding Refn). Una thriller con clase y buenas interpretaciones, cuya explosiva violencia la aleja del gusto de los académicos.

“J.Edgar” (Clint Eastywood). Una película imperfecta pero inquietante de Eastwood. Di Caprio merecía una nominación, al menos por soportar el maquillaje.

“Una terapia peligrosa” (David Cronemberg). No es el Cronemberg más peligroso, pero su travieso clasicismo hubiera merecido mejor suerte.

“Shame” (Streve McQueen). Una mirada poco complaciente al mundo contemporáneo de incomunicación y sexo. Fassbender –el actor de moda- a tope.

“Le Havre” (Aki Kaurismäki). Esta poética fábula sobre la emigración –una de las pelis más normales de Kaurismäki- es sin duda una de las mejores películas del año.



Y aún tenemos que esperar estrenos retrasados, como “La invención de Hugo” de Martín Scorsese.



Seguiremos informando…


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