La cinta blanca: incubando el huevo de la serpiente.
La última película del austriaco Michael Haneke venía avalada por la Palma de Oro de Cannes y no en vano: es una magnífica película que explora sin escrúpulos ni miramientos las raíces de la violencia y la intolerancia.
El retrato de un pueblo protestante del norte de Alemania en vísperas de la 1ª Guerra Mundial sirve de diagnóstico de una sociedad enferma, sometida a la represión religiosa y sexual y a la dominación de clase, que en años posteriores servirá de base al nazismo.
La cinta rodada en un blanco y negro gélido e implacablemente bello cuenta la historia de unos misteriosos crímenes como castigos rituales, que evoca influencias de Dreyer y Bergman.
Hay que destacar la sobresaliente recreación etnográfica del ambiente de la época y la precisa interpretación de veteranos actores alemanes, entre ellos, varios jóvenes y niños, cuya inquietante presencia evoca una situación equivalente a la de “El pueblo de los malditos”.
Una rigurosa visión sobre el mal como germen cotidiano que, profundizando en la temática del director y tras el desliz americano de “Funny games”, quedará como gran película europea de la década.
Hola!. Interesante blog e interesante crítica, pese a que no estemos de acuerdo en lo referente a Funny Games.
ResponderEliminarTe invito a que visites mi blog y a leer mi comentario.
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Saludos cordiales
Qué tal, amigos. Gracias por pasaros por mi blog y prometer segurir haciéndolo. Hago exactamente igual y ya me he apuntado a vuestro "seguidores". Os espero por allí.
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