Para empezar el año, Caña!
Alex de la Iglesia ha filmado una de sus películas más interesantes y desbocadas: una astracanada expresionista sobre el mundo del circo… alabada por la crítica y recompensada con importantes premios… pero no es oro todo lo que reluce…
La película se presenta como una fuerte apuesta por un tipo de cine, en principio, poco convencional, que coquetea con el humor negro y el gore.
Dos payasos de un circo de mala muerte -el payaso triste y el payaso tonto- se disputan a una bella y descerebrada trapecista y la cosa acaba malamente, en locura y muerte.
Hasta ahí ningún problema, en la línea desaforada de su temática más personal (lejos del bodrio internacional de “Los crímenes de Oxford”), por ejemplo, de la fallida “Muertos de risa”.
Pero el problema surge cuando el cuento grotesco se quiere elevar forzadamente a fábula política sobre el guerracivilismo español.
Resulta que los dos payasos representan a las dos Españas cainitas -la nacional y la republicana- en su disputa por esa casquivana amante que es España… Entonces la historia se trasmuta en sermón moralizante, a golpe de chistes, contra la ‘venganza’ republicana de la memoria histórica, ¡evocando nada menos que el asesinato de Carrero Blanco y el Valle de los Caídos!
En Cannes recibió dos premios, quizá excesivos -al mejor guión y al mejor director-, que el director bilbaíno recibió, agradecido y genuflexo, de manos del dios del cinema posmoderno, Quentin Tarantino. La diferencia es que Tarantino utiliza el pincel fino y la cita mientras que el bueno de Alex -deliberadamente- la brocha gorda y el homenaje descarado (a Hitchcock y Browning, por ejemplo) a mayor gloria del tremendismo hispano.
Una pena, pues lo que podría haber sido una tarantinada bestial y goyesca se convierte, en el fondo, en una carcasa tremebunda pero políticamente sospechosa, que no huele a azufre sino a Intereconomía…
Como prueba de cargo, los delirantes elogios de Juan Manuel de Prada, intelectual ultramontano y gourmet de la serie B:
“Álex de la Iglesia ha completado una obra para la eternidad; yo no sé si los españoles de hoy la reconocerán, porque a nadie le gusta contemplar su rostro abominable en un espejo, pero sé que dentro de cien o de mil años la seguirán viendo con sobrecogimiento y admiración.”
Ahí queda y, si aún hay dudas, consulten la entrevista del escritor al director en ABC. “¿Por qué no nos reconciliamos de una maldita vez?”:
http://www.abc.es/20101217/cultura-cine/reconciliamos-maldita-20101217.html
Pero no seamos injustos, y rescatemos su veta: los impresionantes títulos de crédito, la escena de Santiago Segura como payaso travestido dando machetazos a diestra y siniestra, la caracterización de los payasos enloquecidos, quizá la escena brutal de la cena, etc.
Solo por esos detalles merece la pena verse la película, ya que se te graban en la retina.
Capítulo aparte, las interpretaciones: los veteranos cumplen algo cansinos y los más jóvenes, apenas tienen tiempo de componer su caricatura. Antonio de la Torre da más miedo de maltratador que de payaso asesino, Santiago Segura sin maquillaje da grima, Carlos Areces hace de ‘muchacho nui’ y Carolina Bang, de plutón B.R.B. Nero. Es una película de caricatos y no de actores, que brillan por su ausencia.
Con un guionista a su vera que hubiera metido en cintura el argumento descalabrado y algo menos de pretenciosidad moralizante (y un poco más de sangre), hubiera quedado una explosiva serie B posmoderna, futura película de culto. Eso sí, quien hubiera aplaudido, aparte de Tarantino -hasta romperse las manos- hubieran sido los cinéfilos frikis y no estos recios guardines de la patria, los De Prada y Boyero.
Últimas noticias: Alex de la Iglesia, en su calidad de presidente de la Academia de cine, se ha reunido con los representantes de los internautas para negociar la ‘Ley Sinde(scargas)’… al parecer la cosa ha ido bien…
Òjala se llegue a un acuerdo razonable, gracias a sus buenos oficios como flamante nuevo ‘hombre de estado’; entonces sí tocaremos la balada alegre de trompeta…
me gustaria poder resaltar algo atractivo de la pelicula, es de lo peor que he visto en elcine, no puedo resaltar nada el fondo ideologico esta llevado de una forma tan cutre que no se sostiene.lo peor de todo es que ademas esta subencionada.mientras se subencione el cine tendremos estos resultados.en el cine eramos unas 10 personas y todas salian con un rictus entre indignacion y excepticismo.es un lastre para el cine español, estas peliculas sepultan al cine español.
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