El escritor: thriller conspiranoico de Polanski.
Se estrena la última película de Roman Polanski, que mereciera recientemente el Oso de Plata del Festival de Berlín a la mejor dirección. Todo un acontecimiento que se ha visto empañado por las circunstancias personales del director polaco, inmerso todavía en problemas judiciales en Suiza por sus viejos pecados.
“El escritor”, anodina traducción de “The Ghost Writer”, como se denomina en inglés a los ‘negros’ o escritores por encargo, es un preciso trhiller político de aliento conspiranoico. Basado en la novela de Robert Harris, la trama sigue las indagaciones de un ‘negro’ encargado de escribir la autobiografía de un exprimer ministro británico acusado de crímenes de guerra. Lo que en principio parece un jugoso encargo se convierte en una peligrosa aventura para desvelar el turbio e inconfesable pasado, que explique el presente.
Se ha señalado el paralelismo del ministro ficticio con el caso de Tony Blair, aunque lo curioso es que este último no necesitó de oscuras razones para apoyar a EE.UU. en la guerra de Irak, sino asumir una simple línea continuista de la realpolitik británica.
Aunque la película tiene la factura de un competente encargo artesanal, Polanski sabe llevarla discretamente a su terreno: gradúa el suspense con realismo y sin golpes de efecto, crea atmósferas enrarecidas en entornos cerrados, retrata el mal como una vivencia cotidiana.
Los protagonistas, Ewan McGregor y Pierce Brosnan, escoltados por competentes secundarios, llevan a buen puerto la función. Todo sazonado con unas gotas de cinismo donde todos los estamentos salen malparados…
No es de las mejores películas de Polanski, tampoco de las peores: una digna muestra de talento clásico, del que debieran aprender muchos directores videocliperos.
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