Zack Snyder nos ha regalado una cinta aparentemente golosa…
Una adolescente es internada en un sanatorio mental por su perverso padrastro para practicarle una lobotomía, lugar donde imagina la fantasía de un burdel delirante que a su vez genera un mundo de fantasía heroica para fugarse junto con sus compañeras…
El argumento es una mera excusa para una serie de escenas oníricas entre el videojuego y el videoclip en el que un grupo de lolitas guerreras con falditas y tirabuzones pero armadas de katanas y fusiles de asalto acaban con zombis prusianos, dragones y robots…
La crítica más maliciosa ha dicho de todo: “'The Last Airbender' con corsés”, “Fantasy oligofrénica”, “Pobre Alicia sin maravillas”… y en general tienen razón.
Da un poco de pena ver al veterano Scott Glenn haciendo de maestro de estos pequeños saltamontes y a Abbie Cornish, después de “Bright Star”, dando volteretas con un puñado de niñatas… mientras la ambigüedad entre los diferentes niveles de fantasía y realidad no es explorada ni explotada mínimamente.
Hay que encuadrar esta película en la tendencia a la recuperación del universo del cómic para nutrir la industria del croma, en la que Snyder demostró una efectista pericia en “300”. Pero no bastan los espectaculares escenarios y efectos digitales para sostener este capricho. Sin un guión como el de “Watchmen”, la cosa descarrila rápidamente…
Parece que la Warner le ha dejado perpetrar esta fantasía pseudojaponesa para que les prepare otro Superman para 2012… Esperemos que recupere algo de cordura por la senda del Batman de Nolan…
Para aficionados al manga y a los videojuegos.
