sábado, 29 de agosto de 2009

Pablo Antoñana.



Muere Pablo Antoñana, el mejor escritor navarro del siglo XX

Pablo Antoñana (Viana, 1927 - Pamplona, 2009), el mejor escritor navarro del siglo XX y uno de los grandes prosistas vascos en castellano, murió a los 81 años.
Autor de un puñado de novelas como “El capitán Cassou” (1959), “No estamos solos” (1960), “El tiempo no está con nosotros” (1961), “La cuerda rota” (1961), “El sumario” (1964) o “Pequeña crónica” (1972), destacó por sus artículos literarios en prensa, como la serie magistral "Las tierras y los hombres" (1962-1977), o los libros de miscelánea recopilatoria como “Botín y fuego y otros relatos”, “Patrañas y otros extravíos”, “La vieja dama y otros desvaríos”, “Despropósitos”, “Extraña visita y otras historia”, “Último viaje y otras fábulas”, etc.
Nos deja uno de los padres de la desamparada cultura navarra moderna, el heredero navarro de Faulkner, inventor de la República de Ioar.
No fue el gran novelista que hubiera podido ser, pero sí uno de los mejores estilistas castellanos -rescatador de palabras y expresiones de antaño- en su evocación de un mundo tradicional ya desaparecido y de la violencia de las guerras carlistas.
Vivió lejos de la gloria literaria, trabajando de secretario del Ayuntamiento de su pueblo, hasta que fuera reivindicado como referencia literaria y personal por una generación de jóvenes escritores (como su ‘heredero’ más directo, Miguel Sánchez-Ostiz) y editado por Pamiela.
Será recordado no solo por su calidad literaria sino por su compromiso personal contra la barbarie y la injusticia y a favor de una Navarra diferente.
Tardaremos en borrar de la retina la recia estampa del escritor de expresión huraña, con su barba cerrada y sus pobladas cejas, bajo una omnipresente txapela, que sólo escondían una gran humanidad.

Esperemos que las autoridades no capitalicen su memoria rebelde y montaraz...



Anticristo de Von Trier.





Anticristo, la última de Lars Von Trier

Todas las películas de Lars Von Trier, las buenas y las malas, en tanto hechos cinematográficos que cuestionan el cine y la mirada del espectador, resultan interesantes.
Esta es una rara virtud y su mejor cualidad y, “Anticristo”, su última película, cumple las expectativas en este sentido.
Acostumbrado a dar la vuelta a los géneros (thriller, musical, comedia, etc.) ahora le toca al género de terror (que ya había tocado en su serie “The Kingdom”).
La película ha generado una gran polémica sobre su supuesta misoginia y algunas escenas gore que, bien mirado, es irrelevante.
La misoginia está presente en la película, pero como materia o enfoque cinematográfico, del mismo modo que una película sobre exorcismos no significa que su director sea católico y que crea en el diablo.
Las escenas ‘gore’ son más bien escasas y, por desagradables que parezcan, están perfectamente justificadas en el desarrollo de la trama. Cualquier película de terror o de guerra actuales contiene muchas más sangre y vísceras y nadie se escandaliza.
No es un secreto -pues Lars von Trier lo ha declarado- que la película es una suerte de terapia creativa para salir de una depresión, utilizando temas que le inquietaban desde su juventud: la naturaleza, la mujer, la culpa, etc. No obstante, su terapia no le resta valor cinematográfico, ya que ha sabido utilizar sus terrores particulares para montar una digna incursión del género, a su manera.
Ha utilizado dos estilos diferentes para componer esa visión. Una, realista y más o menos ‘dogmática’, para contar la vida de los personajes y, otra, dominado por una preciosista fotografía azulada en cámara lenta, para las escenas oníricas. Dos planos existenciales y cinematográficos entreverados con gran originalidad.
La mezcla del drama psicológico en plan bergmaniano y el terror resulta también muy sugerente. Una pareja que, tras un trauma familiar, abre las tripas de su relación para acabar en una violencia desaforada, es un enfoque que, más allá de su barniz intelectual, resulta absolutamente actual.
Por otra parte, la autoidentificación de la mujer con la brujería y la naturaleza en el contexto de la violencia de género también resulta inquietante. Pudiera pasar una crítica de cierto feminismo aliado al fenómeno neopagano wicca, si no entendemos que es una exploración cinematográfica que pone el dedo en la llaga.
Trier puede parecer un misógino pero se muestra mas bien como un misántropo, ya que ambos protagonistas, manejados como títeres, salen malparados: una loca creyente en el Ginocidio y la brujería y un bodoque racionalista que esconde un asesino. Ambos, supuestamente, son Trier, somos cualquiera, y estamos provocando una suerte de guerra de género simbólica de nefastas consecuencias.
Solo desde una lectura superficial parece una película políticamente incorrecta y solo desde una interpretación más detenida y profunda se muestra como una película sincera y valiente.
La parte que tiene de provocación deliberada, menos en la película que en el auto-marketing del director, tampoco entorpece su visión, ya que en Trier, ese ingrediente forma parte de sus películas-manifiesto.
La película dentro de su tétrica solemnidad esconde un sofisticado humor negro sobre las relaciones de pareja y sobre ciertas técnicas terapéuticas, a las que ridiculiza, apostando de manera soterrada por la curación creativa.
Quizá se le pueda reprochar cierto simplismo psicoanalítico, como en la “escena primaria” del comienzo y otras metáforas sexuales, pero a una película provocadora quizá no podemos pedirle otra cosa.
Las interpretaciones de la pajera protagonista son correctas, destacando la de Charlotte Gainsbourg, por su entrega y convicción.
El único reproche general que se le podría hacer a la película es que en su esfuerzo por revisar el género, alterándolo, el desarrollo de la trama sea algo elemental y que la gradación del terror sea algo tosca y precipitada. Aunque la atmósfera de misterio preside la película, le falta algo básico en el terror, la transición gradual -el crescendo- de la normalidad a la anormalidad. Desde el primer momento es una película de atmósfera fría (azulada) y no hay empatía con los personajes. Por ello la película más que terrorífica resulta (perturbadoramente) extraña y se queda a medio camino como revisión del género.
Todas las películas de Lars Von Trier, las buenas y las malas, aunque no estemos de acuerdo con su enfoque o temática, resultan estimulantes. Algunas apasionan y otras incomodan. “Anticristo” quizá no a apsiona ni resulta tan certera como otras del director pero su gran acierto es que incomoda radicalmente, como debiera hacer el cine con más frecuencia.

Si os animáis a ver la película, enviadnos vuestros comentarios.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Muere Dina Babbitt, ilustradora y retratista de Auschwitz.



Dina Babbitt (Brno, 1923) murió el 29 de julio a los 89 años en Felton (California), sin conseguir su máxima aspiración: recuperar los retratos que por encargo del doctor Mengele realizó en el campo de concentración de Auschwitz.
Cuando la joven Dina decoró el pabellón de los niños de Auschwitz con motivos de Disney, Mengele le encargó que retratara a prisioneros gitanos, exagerando sus rasgos no arios -ya que no le satisfacían la objetividad fotográfica- y, posteriormente, que dibujara algunos de los terribles experimentos nazis y el retrato del propio Mengele.
Gracias a estos dibujos Dina fue uno de los 27 checoslovacos que sobrevivieron.
Se casó en Paris con Art Babbitt, uno de los dibujantes de “Blancanieves y los siete enanitos” y se estableció en EE.UU. donde trabajó dibujando las populares series “Speedy González”, “El Pato Lucas” y “Piolín”.
Desde 1973 emprendió una campaña para recuperar sus dibujos conservados en el Museo de Auschwitz.
Muchos artistas y dibujantes le apoyaron, como Joe Kubert, Stan Lee y Neal Adams, el cual dibujó su vida en unas viñetas insertadas en el cómic de Marvel “Magneto: Testamento” (que Disney versionó en dibujos animados).

Descanse en paz la ilustradora y superviviente del horror del siglo XX y sirvan sus dibujos de testimonio para el presente y el futuro.

viernes, 7 de agosto de 2009

Nuevos lanzamientos de terror clásico en Dvd.

Durante las últimas semanas han aterrizado en nuestro mercado un trío de interesantes títulos de cine fantástico clásico de la mano de pequeñas y semidesconocidas casas.


Así, el pasado día 10 era puesta en las tiendas una nueva edición de la película de Vincent Price Soy leyenda (The Last Man on Earth / L’ultimo uomo della Terra, 1961) de Sidney Salkow y Ubaldo Ragona – reseña de La abadía: http://cerebrin.wordpress.com/2009/05/25/the-last-man-on-earth-lultimo-uomo-della-terra-dvd-soy-leyenda/ -, primigenia adaptación de la novela homónima de Richard Matheson que ya había sido lanzada con anterioridad por L’Atelier 13. Según parece, la principal novedad de esta nueva edición con respecto a la que comercializara en su día L’Atelier 13 reside en la inclusión de un doblaje en español, careciendo de cualquier tipo de extras.


También protagonizada por el mítico Vincent Price, el día 15 era puesta en circulación The Bat (The Bat, 1959), simpático título menor sobre casas encantadas dirigido por Crane Wilbur cuya edición incluye, según los datos a los que hemos tenido acceso, su versión original en inglés, así como doblaje y subtítulos en castellano.



Idénticas características con la previa tiene el film que cierra la tripleta, El hotel del horror, título bajo el cual ha sido editada The City of the Dead (1960), atmósferica y lovecraftiana cinta del televisivo John Llewewyn Moxey, (co)protagonizada por Christopher Lee y producida por los futuros responsables de la recordada Amicus Max Rosenberg y Milton Subotsky.

Los precios suelen rondar los 10€, animaros aunque no sean las mejores ediciones!

miércoles, 5 de agosto de 2009

subNOTICIAS VERANIEGAS!


subNOTICIAS:solo lo mejor de lo peor!
zombiCULTURA
Colin, zombis a 50 euros.

“Colin”, la película de zombis dirigida por el aficionado británico Mark Price ha sido saludada como “la película más barata de la historia del cine” (EL MUNDO).
Efectivamente, si es tal como nos lo cuentan, la película está filmada con un par de cámaras domésticas y un puñado de amigos y ha costado la irrisoria cifra de “45 libras” (unos 50 euros), al parecer invertidos en el café.
El rodaje se pudo realizar gracias a las redes sociales Facebook y Myspace para conseguir extras y completar un equipo de 100 personas. La edición la realizó el director en el ordenador del trabajo, una empresa de mensajería.
La novedad argumental del filme es que está contada desde el punto de vista del zombi protagonista (Alastair Kirton).
La película ganó el año pasado el Festival de cine de zombis Revenant (Seattle, EE.UU.) y, tras ser exhibido en Cannes, se estrena este octubre -la noche de Haloween- en el Reino Unido.
Hay que aplaudir que el cine de terror y de zombis siga siendo un adelantado del ‘cine pobre’, que tan buenos resultados ha dado desde “La noche de los muertos vivientes” hasta el Revenant y otros festivales de aficionados.
Otros con más presupuesto o cuando por fin disponen de uno más holgado, solo son capaces de filmar remakes infumables…

http://www.nowherefast.tv/


Deconstruyendo a Romero: precedentes del cine de zombis.

Aquel aficionado que esté interesado en la ‘deconstrucción’ del cine de zombis moderno a partir del clásico “La noche de los muertos vivientes” de George A. Romero, no puede dejar de rescatar dos cintas fundamentales: “The Last Man on Earth” y “Carnaval de almas”, recién editada en DVD.

“The Last Man on Earth”, la primera versión cinematográfica de “Soy Leyenda”, la novela de Richard Matheson, dirigida en 1964 por Ubaldo Ragona Y Sydney Salkow, es una estimable producción italo-norteamericana, protagonizada por el siempre elegante Vincent Price, lo más convincente de la función. Pese a algunos defectos en la puesta en escena, la fotografía en blanco y negro, la caracterización de los vampiros y la atmósfera apocalíptica han influido notablemente en la concepción estética del zombi romeriano.
Otro tanto podríamos decir de “Carnaval de almas” (Carnival of Souls) de Herk Harvey, una joya del cine de terror de 1962, olvidada durante décadas, pero cuya fama sigue creciendo. Esta película independiente, la única realizada por Herk Harvey, a partir del guión de John Clifford (ambos provenientes del documental comercial) es una extraordinaria cinta de terror psicológico, el eslabón perdido entre el cine (de terror) europeo y el gótico americano. Su poética macabra, sus espectros zombis y su fotografía expresionista constituyen la fuente directa (y más o menos confesa) del clásico de Romero.
Si bien estas películas de referencia no le restan mérito a Romero -el cine es un crisol de influencias y de plagios legítimos-, sí explican su extraordinaria (no) originalidad estética, esto es, su olfato creativo. A Romero, por otra parte, no le podremos negar el ingrediente político del cine de zombis moderno que él inauguró en 1968, al menos, de momento…
Lo bueno de la deconstrucción de un mito es que de vez en cuando nos redescubre verdaderas maravillas que el amante del cine (no solo del de terror) no debe perderse…

http://iveldie.blogspot.com/2007/06/cien-de-culto-08-el-carnaval-de-las.html